El fallecimiento del ilustre pensador y escritor cubano Cintio Vitier ha conmovido a todos. He aquí el sentimiento luctuoso de los cubanos residentes en el extranjero
¡Hasta Siempre Cintio!
Es un triste momento para las letras cubanas, se nos fue físicamente Cintio Vitier, una de las más destacadas figuras de la intelectualidad cubana contemporánea, pero nos deja una obra tan grande, tan maravillosa, tan martiana, que continuará llenándonos de placer por siempre y nuestros pinos nuevos se nutrirán de su obra; donde esté ahora, que descanse en Paz, seguro que estará con los grandes de las letras y desde allí, seguirá proyectando su saber y su cubanía.Nos unimos a su familia, amigos y a nuestro pueblo en este momento.La comunidad cubana en Francia quiere expresar su dolor y su amor por este gran pensador.
Virgilio PONCE
Portavoz de la Coordinadora de Cubanos Residentes en Francia
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Tuve la gran suerte de conocer a Cintio fuera del ambiente intelectual, sentados ambos uno al lado del otro, en el aula donde intentábamos sacar el carnet de conducir, primavera de 1983, La Habana, Cuba.
Yo con 35 años y él con varios más, disfrutábamos haciendo los tests a dos manos, alegrándonos cuando acertábamos, enfadándonos si fallábamos por cualquier tontería.
Juntos examinamos el teórico, juntos el práctico y juntos aprobamos.
Cómo disfrutamos aquel cursillo, la de cosas que íbamos a hacer conduciendo, a él le hacía ilusión pasar el túnel de la bahía, al volante, así me decía.
A mí me hacía ilusión ver a aquel hombrazo de las letras de Cuba comportándose como yo en el aula, jamás decía tacos, pero un día tal fue su enfado ante un error tonto que dijo:
¡Carajo!
Me quedé mirándolo muy sorprendido, él se dio cuenta y quizás para explicar aquel "carajo" que le salió del alma, me dijo que la semana previa al examen práctico de conducción es semejante "a cuando un gusano se convierte en mariposa".
Aquella idea me pareció encantadora, la estaba diciendo un señor poeta aunque yo no lograra imaginar por qué Cintio había podido pensar algo así.
El gusano solo tiene que tejer el capullo y dormitar un rato, mientras que él y yo estábamos a punto de enfrentarnos -volante en mano- al famoso "Machete" que examinaba en La Habana Vieja.
Cuando "Machete" nos montó a ambos en el coche en el cual nos iba a examinar, le preguntó a Cintio:
"¿Usted en que trabaja?"
Humilde y modesto como vivió y murió, Cintio respondió:
"En una oficina".
"Machete" jamás llegó a enterarse que estaba examinando a una de las verdaderas glorias de las letras de Cuba y del mundo.
Cintio, 26 años después, desde Madrid te hago una reverencia e intento no parecer triste.
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