La génesis de Peter Pan fue la historia de un encantador niño que no quería crecer, creado por la imaginación del escritor escocés, James Matthew Barrie, para una obra de teatro representada en Londres el 27 de diciembre de 1904. El cuento ha perdurado por más de cien años en diversos géneros artísticos y representaciones fílmicas.
Pero el nombre de Peter Pan, fue transfigurado, en una abominable acción de la CIA contra Cuba, a principios de la década del 60: la “Operación Peter Pan”, ajena a su contenido inocente inicial y con tintes de amargura y mala intención.
Los conocidos como “Peter Pan” de la Isla caribeña, fueron niños y adolescentes que a principios de los años 60 los enviaron sus progenitores a Estados Unidos por temor a que les fuera quitada la patria potestad de sus retoños. Algo que sólo fue una falacia de las mentes calenturientas del gobierno de turno estadounidense para provocar disgusto contra la naciente Revolución transformadora que lideraba Fidel Castro Ruz.
Esta maniobra se distinguió por “su crueldad y falta de sentimiento humano y se trató de una de las más secretas acciones de subversión y guerra psicológica” desarrolladas por la CIA. Las principales víctimas fueron indefensos niños y padres muchas veces engañados o hábilmente confundidos por falsos rumores, con fines desestabilizadores.
Aquellos pequeños en suelo estadounidense fueron a dar a albergues y después enviados a otros estados, orfelinatos y demoraron, muchos de ellos, en poder volver a ver a sus progenitores, quienes por diversas razones demoraron en emigrar hacia los Estados Unidos.
Días atrás un grupo de cinco víctimas de la Operación Peter Pan se reunieron en Cuba a continuar las filmaciones de un documental que la cineasta Estela Bravo está realizando.
Hoy aquellos muchachitos peinan canas, incluso algunos de los que aparecen en antiguas grabaciones ya fallecieron, pero los que quedan e incluso las vivencias de los que ya no existen, pudieron quedar reflejadas en las filmaciones del inconcluso documental de la Bravo, que ahora, una década después, está continuando con los mismos interlocutores para narrar su reencuentro con su tierra natal donde todo comenzó.
De ellos se percibe, aun en nuestros días, que aquel hecho permanece en su psiquis, que les dejó un fuerte trauma, ocasionado por la separación abrupta de sus familiares, y también de sus raíces y costumbres. Y todo por una infame conspiración política contra los gobernantes cubanos por parte del Imperio yanqui y la CIA.
La Casa de las Américas les abrió las puertas como si fuera “su hogar”, al decir de su director Roberto Fernández Retamar, en sus palabras de bienvenida, en un encuentro con este grupo de personas.
Hubo instantes de recordación a dos de ellas que ya no están físicamente, y los asistentes pudieron ver la proyección de las entrevistas a este pequeño grupo realizadas por Estela Bravo en 1999, en Estados Unidos.
También se reflejaron instantes de emoción cuando Alex López habló, brevemente de su experiencia. Silvia Wilheim, otra miembro del equipo resumió en breves palabras a titulo personal del pequeño grupo que estaba en La Habana en estos instantes, que había sido una experiencia tremendamente enriquecedora remarcando que “en aquel entonces fue una decisión que nuestros padres tomaron, hoy la decisión de regresar ha sido nuestra. Confiamos de todo corazón que este viaje y este documental también motive a encontrarse con sus raíces”.
El final de la velada hubo un concierto donde la Peter Pan, Candi Soza, cantante y compositora interpretó varias canciones cubanas acompañada por los Jóvenes Clásicos del Son y además hubo melodías entonadas por el Coro Nacional Infantil, y la Premio Nacional de Literatura Nancy Morejón leyó de su autoría el poema “Ana Mendieta”, dedicado a una de estas figuras, que fuera a su vez una artista de la plástica, fallecida en 1985.
El mensaje mayor que quieren ofrecer estos cubanos es esclarecer a las generaciones postrimeras, no importa donde vivan, para que tengan un mejor entendimiento de la operación Peter Pan y la trascendencia del regreso.
Y especialmente, que sea un motivo a la reflexión para que en la historia de Cuba y de cualquier otro país no se repita un episodio similar.
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