Hoy Bebo mi mensajero de la bodega, con quien cada mañana “echo una parrafada” me dijo que en Cuba hay un campo de torturas. Ambos coincidimos en la afirmación.
Y también coincidimos en que no lo creó el presidente Castro, ni las Fuerzas Armadas, ni mucho menos el Ministerio de Orden Interior. Pertenece a Estados Unidos y está en el territorio usurpado de la Base Naval de Guantánamo.
Les digo que la cuestión la arrastramos desde 1901, durante la ocupación militar norteamericana a Cuba, en que incluyen en la Constitución cubana la Enmienda Platt. En ella se incluía el oneroso contrato de arrendamiento de territorio para bases militares.
Es así que el 10 de diciembre de 1903, a las 10 de la mañana, Estados Unidos tomó posesión de las áreas de tierra y agua izando en un alto mástil la bandera de barras y las estrellas, que desde entonces se llamó para los yanquis Guantánamo Bay.
Sin embargo, al abolirse la Constitución de 1901 en 1934, e invalidarse la Enmienda Platt, producto del Tratado de Deberes y Derechos de los Estados, acordado en la VII Conferencia Panamericana de Montevideo, según el cual ninguna nación tiene el derecho de intervenir en los asuntos internos de otra, quedaron sin validez alguno de los convenios firmados. De lo que es fácil colegir, y establecer definitivamente, como apareciera en una reseña informativa varias década atrás, que el derecho a mantener la base naval expiró en el 34. Y como el territorio está arrendado, y no vendido, debía ser devuelto en cuanto una de las dos partes lo solicitara.
Pero como para los estadounidenses el único derecho que existe es el de ellos, ahí permanecen y para colmo la convirtieron después del horripilante hecho del 11 de septiembre de 2001, en una prisión de sospechosos terroristas.
A Bebo que le gusta hablar de todo y oír noticias a toda hora escuchó en un diario radial que las condiciones de los presos y las técnicas de interrogatorio que aplican en Guantánamo, como en otras cárceles en Iraq y Afganistán son terribles. Utilizan tácticas sexuales para humillarlos y conseguir información. Las mujeres que los interrogaban violaban tabúes musulmanes sobre el sexo y el contacto de hombres con las damas. Para Bebo, un hombre de siete décadas esto es bochornoso.
Y digo yo, con estos excesos, todavía los gobiernos norteamericanos quieren abanderarse como defensores de derechos humanos. ¡Qué descaro! Nada que siguen con su política de haz lo que yo digo, no lo que yo hago.
Con esta informativa conversación inicié mi mañana. Ahora voy a las clases de Tai-Chi, buenas para despejar y relajarse. Tengo unas cuantas labores hogareñas que esperan por mi, en este día caluroso con vientos de cuaresma.Vamos a ver con qué viene el Bebo mañana. Chaooo,
Se me olvidaba añado una pequeña nota sobre Guantánamo.
POR SI LE INTERESA...
En abril de 1494, Cristóbal Colón descubre una bahía de aguas oscuras y procelosas de muchos sargazos y mares como torrentes cuyas inexploradas dimensiones le sugirieron el nombre de Puerto Grande.
Seis años más tarde, Juan de la Cosa, “maestro de hacer cartas” y navegante de “la Niña”, incluyó el puerto en el mapa que hizo del mundo conocido y le sustituyó el nombre por el de un cacicazgo taíno que había en sus cercanía: Guantánamo. Sin embargo, se sabe que los nativos de la isla conocían su bahía con el nombre de Joá, denominado así por una planta “solanácea espinosa, de frutos como tomates, entonces muy común en sus riberas”.
En 1819, se funda la ciudad de Guantánamo, situada en el delta del río Guaso, entre la Sierra Maestra y la meseta de Baracoa. La región convertida en provincia es la más oriental del país, y contiene el 30 por ciento de los recursos florísticos y de la fauna de Cuba.
La base naval estadounidense tiene una superficie de 117,5 kilómetros cuadrados. Tiene una base aeronaval y cuenta con dos aeropuertos, un muelle y una planta desalinizadora de agua. A todo lo largo del perímetro de la instalación se extiende una cerca de 28 kilómetros, rodeada por uno de los campos minados más grandes del mundo.
Ha habido provocaciones del lado norteamericano, que, incluso, han causado la muerte de varios jóvenes de las fuerzas fronterizas cubanas.
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