Los sismos, a diferencia de los huracanes no dan margen para el anuncio anticipado. La ciencia ha avanzado bastante en la investigación de estos fenómenos, pero todavía son prácticamente impredecibles, por lo menos la hora o el día e incluso el año en que pudieran acontecer.
La zona oriental cubana, en particular Santiago de Cuba y Guantánamo son las más proclives a que sucedan estos eventos. Se dice que la última vez que tembló fuerte en Santiago fue en 1932, con un sismo de 7 grados. Y el otro aún más cercano en el tiempo, según algunas fuentes, fue en 1995 en Pilón, con casi esa magnitud, en un área poco poblada del sur de Oriente.
Otras opinion de un experto señalaba que para el área de Santiago de Cuba, los terremotos de una magnitud superior a 7 grados en la escala Richter tienden a ocurrir con un intervalo cercano a 80 años. Pero ello no quiere decir que sea inminente un cataclismo una vez que ese período se cumpla, sino sólo que se hace más probable que sea así''.
Otros datos que encontré reseñan que “En una memoria sobre Bayamo, escrita en 1830 por don Manuel J. de Estrada, se hace mención de tres terremotos ocurridos en aquella ciudad, el primero en 1551 (el mas antiguo de que tenemos noticia) que arruinó la iglesia parroquial, y los dos últimos en 1624 y 1766, que no sólo destruyeron la iglesia, sino muchas de las casas bajas y el de 1624 todas las que había de alto. Dos ocurrieron en Santiago de Cuba en 1675 y 1679: este último arruinó la capilla mayor de la catedral y dejó en tan mal estado el resto del edificio, que se resolvió su demolición. De éste habla La Torre como ocurrido en 1682. En julio y agosto de 1766 volvió a sufrirlos violentísimos y destruyeron cerca de la tercera parte de sus edificios, causando la muerte de más de cien personas. En 1770 ocurrió uno que desquició y sepultó montañas enteras en la gran grieta que se cree atraviesa la lengua de tierra granítica que se extiende desde la ciudad de Puerto Príncipe en Cuba hasta el cabo Tiburón de Haití. Según aparece en "Noticia de Huracanes y Terremotos ocurridos en Cuba" (La Habana, Colección de Libros Cubanos, 1928).”
En una entrevista reciente con Bladimir Moreno director del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS), ubicado en el oriente del país realizada por periodistas de Juventud Rebelde, este refiere que el sismo de gran intensidad en el año 1932, fue de 6,2 grados en la escala de Richter, y causó daños al 80 por ciento de las edificaciones, así como 14 muertos y 300 heridos.
Es decir, unos lo dan como de 7,7 grados y el investigador cubano apunta como de 6,2 grados. Claro está que en aquella época los instrumentos y equipos eran muy incipientes, y ahora hay un mayor desarrollo en esos campos tecnológicos.
Y continuando con los comentarios del director del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, publicados en el diario de la juventud cubana, éste apuntaba que “Desde el punto de vista sísmico, y más allá de tsunamis, lo que sí está latente en el oriente de la Isla es la posible ocurrencia de un terremoto, de los cuales se han dado varios de gran intensidad.
Apuntaba el investigador que “Al menos una veintena de estos, muy fuertes, han afectado a través de la historia a la región oriental; y específicamente a Santiago de Cuba que sufrió los mayores en 1766 y 1852, cuya magnitud en ambos casos fue estimada en nueve, por los efectos causados”, según recogen crónicas de la época.
Y continuaba Bladimir Moreno abundando en que “El peligro siempre está, dada la configuración sismográfica de la zona. Existen algunos indicadores que llevan, por la combinación de muchas variables, a tener una idea de la existencia de condiciones para que se dé alguno, pero todavía nadie puede decir exactamente dónde o cuándo.”
“Nosotros, como científicos, estudiamos índices que son monitoreables y cuya unión puede ayudarnos a predecir un posible terremoto en tiempo cercano. Incluso se han usado técnicas de modelaje para hacer predicciones de un año sísmico intenso y hasta de meses, pero ninguna es totalmente exacta o efectiva.
En Cuba, como dijera Moreno, poseemos una red de ocho estaciones distribuidas por todo el país, aunque la mayoría de estas están ubicadas en la zona oriental. Esas estaciones cuentan con equipamiento para detectar terremotos a nivel local, incluso de menor intensidad y sin que sean perceptibles para los humanos, y además registran cualquier movimiento de tierra con una escala mayor a seis que se dé en el mundo. Además, Cuba forma parte de las redes regionales y globales que existen para la predicción y estudio de terremotos y tsunamis, y desarrollamos investigaciones conjuntas sobre estos temas.
La pregunta de René Tamayo y Amaury E. del Valle en su entrevista con el director del CENAIS se imponía: ¿Eso podría ayudar a predecir entonces un terremoto e incluso un tsunami que impacte al país?
—Los terremotos, causantes de los tsunamis, son impredecibles. Ese es un fenómeno con el cual hay que aprender a convivir, y la mejor manera de preparase es mitigar los efectos que puedan ocurrir, tanto mediante el tipo de construcciones como con políticas más efectivas de seguridad, alerta, y con la educación de las personas para que entiendan la amenaza que eso significa, así cerraba Moreno su respuesta.
No comments:
Post a Comment