Sunday, December 27, 2009

Para Todos

Que nunca os falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar,
algo que aprender, un lugar donde ir y alguien a quien querer.

¡FELIZ 2010!

Thursday, December 03, 2009

Mi Habana o tu Havana

La Habana también fue un nombre que atrapó el gusto de los norteamericanos, dos centurias atrás. La deducción deviene luego de conocer que existen alrededor de siete de igual nombre diseminadas por varios estados, aunque con ortografía diferente. Los ubicados en territorio de la Unión son: Havana. ¿El por qué de la uve?
En el sitio Web Lo mejor de la Rewesletter ( en español), Ralph Rewes escribió que originalmente la Habana se escribía con uve y así se copió entonces al inglés. Esta ortografía continuó durante toda la colonización de la América hasta principios de siglo, entonces días antes del fin de la guerra de independencia, un cubano y cito a Rewes, “erudito indigenista se le ocurrió pensar que los indios cubanos no pronunciaban la uve y que por lo tanto había que cambiar la ortografía de la havana por habana”. Y así se quedó Habana como capital cubana, pero no cambió la ortografía en las otras Havana.

Hubo quienes sacaron beneficio de esta sencilla reforma. En el norte de la Florida, cercano a la capital Tallahassee, está Havana, casi en la frontera con el estado de Georgia. Pequeña ciudad de tabacaleros en aquel entonces, el simple cambio de una letra les permitió vender sus habanos “made in Havana, Florida” de forma legal. El nombre surgió posterior al de la capital cubana por la asociación con los puros, ya que allí predominó también el cultivo de esa planta, sin embargo, en los últimos años ha devenido en un centro de antigüedades y arte, incluso con tiendas especializadas. Hay una de armas antiguas de fuego y blancas, y son casi objeto de culto.
También hay Havana en Kansas en el condado de Montgomery, con una población de 86 personas, según el censo del 2000. Hay 42 casas y 25 familias. Pero si llegamos a Arkansas encontramos otro en el condado de Yell County, con una población según el propio censo de 392 habitantes, 141 casas y 101 familias. En Illinois, o en Texas, también en Minnesota, y en Dakota del Norte se reiteran las Havanas.
Desde la biblioteca pública de Havana, Illinois, nos puntualizan que originariamente se llamó Ferry Ross porque un hombre llamado Ossian Ross instaló un ferry en esa zona en 1822. Allá han existido cerca de cuarenta productores y fábricas de tabaco y parece que ello influyó en la denominación final del pueblo. En la actualidad celebran un Festival del Tabaco.
Aunque cuentan viejas historias que primó para llamarse así que cerca estaba la isla de Belle Rose, como se denomina en la actualidad, en la desembocadura del Spoon River, a la cual se le conoció tiempo atrás con el nombre de Cuba, porque su contorno tenía un parecido con nuestra Isla. Entonces, los asentados en el territorio cercano empezaron a designar Havana a su caserío porque estaban al lado de “Cuban island”. Havana fue oficializada como ciudad en 1848. En 1900, la ciudad comenzó a conocerse como un centro de pesca y caza y en la actualidad es uno de los más importantes en ese giro en Estados Unidos.
Casi todos estos sitios son pequeños territorios en zonas rurales con pocos habitantes. La mayor parte de las veces ni aparecen en los mapas. Sus costumbres, idioma e idiosincrasias difieren de las nuestras, y puede que en sus paisajes y arquitectura tampoco coincidamos, pero un lazo invisible nos acerca: nuestros nombres.


CIUDADES

Havana, Florida, 1 713 habitantes, Leon County
Havana, Illinois, 3 577 hab, Mason County
Havana Township, Minnesota, 607 hab., Steele County
Havana, Arkansas 392 hab., Yell County
Havana, Kansas, 86 hab. Montgomery County
Havana, Dakota del Norte, 94 hab., Sargent County
Havana, Texas 452 hab., Hidalgo County

Tuesday, December 01, 2009

Olga Pertierra

El pasado día 29 de noviembre falleció Olga Pertierra abogada, poeta y colaboradora de Cubadebate. Además madre de José Pertierra, destacado miembro de la comunidad cubana en Estados Unidos y abogado especializado en temas migratorios. A sus hijos y el resto de los familiares de Olga, mis condolencias.

Como un recuerdo a su memoria transcribo este texto que redactó cuando visitó a Cuba en el 2004 y presentó en el verano de ese año en el Encuentro “La Nación y la Emigración”, en La Habana, y el cual tomé prestado del sitio web Cubadebate.


Salí de Cuba en 1961. Antes de regresar el pasado marzo (2004), mi pensamiento era que, si moría, deseaba reposar en suelo cubano para que la tierra de mi país me cubriera, como así lo anhela la gran poetisa Carilda Oliver Labra. Ella dijo: “yo no guardaré conmigo ningún poco de patria, la quiero toda sobre mi tumba.”

Esta idea me obsesionaba y me hizo regresar a Cuba. Quería visitar el cementerio donde reposa mi padre, y ver el lugar donde algún día irán a enterrarme. Mi hijo José Ignacio me secundó y me ayudó a realizar este propósito. Pero cuando llegue a Cuba, se alejó la idea de la muerte. Me sentí tan feliz estando aquí… El ambiente que encontré fue tan acogedor, que olvidé mis pensamientos fúnebres y le dije a mi hijo: “No, no me voy a morir ahora. Quiero volver de nuevo a Cuba para disfrutar aquí de la vida”.

En Cuba encontré una hermandad que antes no existía. Los cubanos están unidos por el vinculo del amor y por la simpatía. Existe la ayuda mutua. Impera el deseo de superación. No tienen muchos bienes materiales, y aun así ofrecen pequeños regalos. Nadie se siente superior a los demás. Y yo creo que todo esto se debe a la Revolución. Verdaderamente me sorprendió este comportamiento que antes no existía. Y puedo atestiguarlo.

Los cubanos estudian, leen, se superan y han alcanzado con dignidad la meta de vivir en una Cuba libre de ataduras, a pesar de un bloqueo criminal decretado por el Gobierno americano, en nombre de una supuesta democracia. En nombre de esa supuesta democracia, se castiga a los niños privándoles de alimentos. Se castiga a los enfermos privándolos de medicinas. Se castiga a los quieren permanecer en su patria y no buscan fortuna en una patria ajena. ¿Es esto democracia?

La actitud del Gobierno americano y la respuesta digna de los cubanos, me hacen recordar al valiente indio Hatuey, cuando iban a quemarlo vivo los españoles por rebelarse contra ellos. Momentos antes de encender la hoguera, le preguntaron si quería comulgar para poder ir al cielo. Hatuey preguntó si los españoles también iban al cielo. Y al contestarle afirmativamente, el digno Hatuey contestó: “Si los españoles van al cielo, entonces yo no quiero ir.” Siempre he creído en la democracia y he apreciado en todo su valor, pero si se usa como un escudo para cubrir maldades, entonces no quiero esa supuesta democracia porque deja de tener su sentido ético y deja de ser democracia.