Mariela Castro Espín, lleva con desenvoltura ser hija de dos figuras paradigmáticas de la Revolución Cubana, Raúl Castro y Vilma Espín y si a eso se le añade ser sobrina del presidente cubano Fidel Castro, resulta tener un árbol genealógico de envergadura.
Pero la joven es más conocida por su andar como directora del Centro de Educación Sexual de Cuba que por sus orígenes familiares, aunque no rechaza hablar de ellos cuando la entrevistan, sobre todo sabiendo que en el mundo entero están atentos a la evolución de la enfermedad del legendario Fidel.
Durante una visita a Gijón, España, para firmar con el Ayuntamiento un acuerdo de colaboración entre el organismo que dirige y el Consejo de la Juventud, Mariela concedió una entrevista al periódico El Comercio, donde habla de su padre con respeto y veneración, opina cuidadosamente sobre la evolución de la enfermedad de su tío, el comandante Castro, y asegura con contundencia que no habrá transición en la Isla hacia la democracia capitalista.
De la entrevista extraigo algunas de las preguntas de mayor interés.
-¿Cómo se encuentra su tío?
-Ahora mismo está estupendo
-Se publicó una foto de Fidel Castro con García Márquez. ¿Cómo evoluciona la salud de su tío?
-Se está recuperando muy bien. García Márquez estaba feliz.
-Parece que hay cierta mejoría física.
-Caminaron juntos y charlaron. Fidel empieza a estar como siempre.
-¿Temieron por su vida?
-Se ha dado mucha propaganda a lo que no era. En el primer momento, en agosto, sí hubo susto y todo el mundo se sintió preocupado; hasta disminuyeron los delitos. También se demostró la gran madurez del pueblo cubano.
-¿Cuándo volverá a asumir sus funciones de Estado?
-No lo sé, pero él ha estado informado de todo y ha sido muy cuidadoso con la delegación de responsabilidades que hizo.
-Su regreso al poder ¿es prácticamente un hecho?
-Fidel va a volver en breve, pero lo hará con mucha menos carga de trabajo. Va a volver porque el pueblo quiere que regreso, pero no como antes, con esa sobrecarga de trabajo enorme que tenía antes de su enfermedad. Queremos que esté presente, apoyando el Gobierno, pero desde un puesto más descansado. Como gran líder que es, le pedimos que sea disciplinado y que se deje cuidar por su pueblo.
-¿A Raúl le queda, por tanto, un importante protagonismo por delante al frente del gobierno cubano?
-Mi padre tiene ya ese importante protagonismo, pero él, en cuanto llegó a la presidencia en funciones, repartió rápido. Él no coge la responsabilidad en solitario porque es así.
-¿Un presidente sin excesivas funciones y un primer ministro al estilo occidental, para entendernos?
-Ahora mismo eso es hablar por hablar.
-¿Cómo es Raúl Castro?
-Mi padre es una persona muy alegre, que siempre te sorprende y, sobre todo, es una gran persona y muy bueno. No es pretencioso y es muy modesto. Es muy organizado y con mucho sentido de la responsabilidad y del compromiso con el pueblo cubano.
-Tras la enfermedad se ha abierto un debate que permanecía larvado: ¿cómo será la revolución sin Fidel Castro?
-Es difícil decir, pero ya se ha hecho un ensayo. Echaremos de menos, sin duda, su carisma. Hay que tener en cuenta algo importante, Fidel ya no estará nunca fuera de la realidad cubana porque es la referencia. Ante un problema, todo el mundo se pregunta cómo lo resolvería Fidel. Por fortuna ha dejado numerosos testimonios y documentos de su gran capacidad para resolver problemas en el campo político. Es decir, hay numerosas referencias.
¿Cómo cree que será la Cuba después de Fidel?
-No va a pasar nada especial. Lo que ocurrirá cuando muera Fidel es que nosotros vamos a asumir mucho más la responsabilidad que tenemos de gobernar como pueblo y trataremos que siga adelante el legado y el espíritu por el que tanto luchamos.
-HA dicho que su heredero será el Partido Comunista.
-Exactamente. La responsabilidad es colectiva.
-¿Puede producirse algún tipo de enfrentamiento civil?
-No, en absoluto.
-Las transiciones son siempre complicadas.
-Creo que no habrá tal transición, sino un hecho biológico, que es la desaparición física de Fidel, pero no su desaparición espiritual. Quedará, y con una fuerza tremenda, porque, al no estar físicamente, la gente asumirá más responsabilidades y será fiel a su espíritu, a esa esencia, aunque las formas sean otras.
-Su padre, Raúl Castro, parece que está llamado a jugar un papel fundamental en esa previsible transición.
-Hay una línea de trabajo hecha colectivamente, de la que Fidel ha sido el líder, pero nunca de una manera autocrática.
-¿Temen una intervención de Estados Unidos?
-Hay grupos de poder, de extrema derecha, que siempre han deseado intervenir, igual que en Iraq, donde lo lograron, o lo mismo que están deseando entrar en Irán. Puede pasar, y por eso estamos preparados. Ningún país hay que se quiera se deja pisotear. También lamentamos la posición servil de Europa hacia la política de Estados Unidos con Cuba.
-Usted dirige en La Habana un organismo que lucha por el respeto a los homosexuales en la isla y contra su marginación. ¿Ha encontrado muchos problemas en ese trabajo?
-No. Creo que se hizo un esfuerzo muy fuerte y ahora hemos logrado resultados buenos. El pueblo cubano es flexible y muy permeable al respeto a los derechos humanos.
-El respeto al derecho de los homosexuales ¿es un signo de cambio o transición en Cuba?
-En absoluto. Los cubanos han entendido perfectamente la necesidad del respeto a las tendencias sexuales que cada uno tiene y ello no es ningún síntoma de otra cosa.
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